Un bebé de un año y medio fue ingresado en la UCI de un hospital palmesano hace unos días después de que su madre resbalara en una chabola del poblado gitano de Son Banya y le cayera una olla con agua hirviendo sobre el pequeño. La víctima resultó herido con quemaduras graves en distintas partes del cuerpo y los médicos han estado muy pendientes de su evolución.
Los vecinos de Son Banya llevan meses denunciando que las casas, por dentro, están «empantanadas» porque los desagües no funcionan «y los operarios no quieren entrar a limpiarlos porque tienen miedo de que pueda pasarles algo». Las cañerías están obstruidas y las condiciones en las que viven aquellas familias son tercermundistas.
«Cada día sacamos cubos de agua negra que sale por las baldosas e inunda todo», cuenta uno de los afectados, que explica que «nunca habíamos vivido una situación así en el poblado. Ya es una cuestión de salud pública, porque pueden empezar a enfermar los residentes».
La madre del pequeño quemado, precisamente, resbaló con la olla porque el suelo estaba resbaladizo. El patriarca de Son Banya, Carlos Cortés alias 'El Chali', se ha mostrado indignado con lo sucedido y pide una intervención urgente del ayuntamiento «porque no es humano que haya mujeres y niños que vivan en estas condiciones. Ni los animales viven así, en pleno siglo XXI».
El menor quemado fue atendido de quemaduras en los brazos, hombros y tórax, principalmente, aunque el agua hirviendo también le salpicó en otras partes del cuerpo. Los cinco primeros días estuvo ingresado en la UCI y ahora está pendiente de ser trasladado a planta, ya que evoluciona de forma favorable.