Durante 2022, más de 2.600 personas llegaron a Balears con embarcaciones procedentes de la costa de Argelia. La llegada de migrantes a las Islas se ha incrementado un 180 % con respecto a 2019, por que este trayecto, a día de hoy, es uno de los más transitados.
La investigadora, periodista y defensora de los derechos humanos, además de doctora honoris causa por la UIB, Helena Maleno, ha denunciado a las autoridades la gran dimensión de las personas desaparecidas en la ruta argelina. Solo en Balears, asegura, hay, al menos, 12 embarcaciones patera desaparecidas, sin localizar, y constata que «no se activaron los servicios necesarios para su búsqueda».
La ruta argelina, que parte de distintos puntos, alcanza la costa andaluza, el Levante y las Islas. Es la segunda más mortífera de entre todas las rutas migratorias y la más olvidada para las autoridades y la propia sociedad.
Este análisis es parte de la exhaustiva investigación Un muro de indiferencia. La ruta argelina del Mediterráneo Occidental, que acaba de publicar el Colectivo Caminando Fronteras, del que Maleno forma parte. Un informe que analiza la evolución de este trayecto marítimo a distintas partes de España en los últimos cinco años y que Maleno presentó ayer en el edificio sa Riera.
Mujeres víctimas
Una de las conclusiones que se extrae es que cada vez hay más mujeres desaparecidas en alguno de los trayectos desde Argelia, por lo que «la feminización ya es palpable». Maleno argumenta que la mayoría son familias monoparentales femeninas, con un perfil de huida o de expulsión por vulneración de sus derechos. «Cuando hemos hablado con las organizaciones que han asistido a las mujeres estaban sorprendidas de su situación, algunas sufrían torturas y llegaban con cicatrices o golpes».
La investigación tiene dos partes, una cuantitativa de la ruta migratoria en los últimos cinco años y otra cualitativa en la que se ha trabajado durante un año, sobre el terreno, en territorios como Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Balears. La investigación cuenta además con testigos de las rutas en patera o familiares de víctimas.
Otra gran problemática que Maleno denuncia en el informe es la dificultad para identificar un cuerpo. «Nos ha sorprendido que haya personas que estafan y extorsionan a las familias ante la falta de información oficial sobre las muertes y desapariciones. Una vez denuncian ante la GuardiaCivil, aparecen estos actores, que cobran a estas familias y les dan esperanza», critica Maleno.
La escritora y periodista defiende que se necesita más apoyo institucional porque «perder a un familiar es una realidad en las rutas» y «hay más desapariciones de las que nos imaginamos».