¿Hay más casos de abuso a los niños en las Islas o cada vez se identifican y notifican mejor? Balears registró el año pasado 9.616 avisos de posible maltrato infantil, un 60 % más que en el año previo a la pandemia (2019) y a razón de 26 notificaciones al día.
Se trata de las cifras actualizadas del Registro Unificado de Maltrato infantil (RUMI) en el Archipiélago que, si bien recoge casi 10.000 incidencias ya ha delimitado que se corresponden a 5.374 menores con uno o más registros, y de éstos, tras una investigación, se han confirmado 2.288 de los abusos. Por otra parte, «la gran mayoría son leves», especifica la consellera de Afers Socials, Fina Santiago, cuya cartera se encarga de gestionar esta herramienta.
En el registro se distinguen los posibles casos de maltrato físico, negligencias, maltrato psíquico y abuso sexual. Estos últimos rompieron la tendencia el año pasado rebajándose de 827 avisos en 2021 a 691.
Explica la consellera Santiago que las notificaciones van creciendo cada año «porque detectamos mejor», y alude a que se incrementa la formación sobre el protocolo a seguir entre los sectores que pueden notificar, pues lo importante es si «un profesional sabe entender las señales, indicadores o conductas sospechosas que emite un niño».
Lo cierto es que los avisos aumentan con regularidad cada año (excepto en 2020 por el parón del confinamiento y de la socialización). Lo hacen también el número de niños afectados y los casos que finalmente se han confirmado que pasaron de los 1.273 en 2019; a los 1.712 en 2021; y los 2.288 el año pasado. Balears es, con toda probabilidad, la comunidad que más notifica pero es que, en un registro habilitado a nivel estatal, «no todo el mundo lo hace», advierte Santiago. Lo único cierto, a día de hoy, es el gran desconocimiento de la magnitud real del maltrato infantil en España.
La consellera de Afers Socials destaca de Balears no sólo la detección y capacidad de observación de los profesionales sino también las facilidades que encuentran ahora tanto niños como adultos para expresarse. «Gracias a la educación o al trabajo que hacen desde RANA o Amaranta ahora se identifica mejor el maltrato en situaciones en que antes no se denunciaba», añade. El RUMI es una herramienta dirigida a servicios sociales, docentes, sanitarios y profesionales del ámbito policial quienes inscriben las posibles incidencias en la base de datos de las diferentes comunidades autónomas. Se hace una carga directa de las notificaciones, lo que confiere especial fiabilidad a estos registros, como en ocasiones se ha destacado desde el Ministerio de Sanidad.
El Govern estrenó el primer protocolo contra el maltrato infantil en 2007 que, posteriormente, se complementó con otro documento, más dirigido al abuso y la explotación sexual de menores. Ambos textos pretenden mejorar la coordinación interinstitucional necesaria para garantizar el interés superior del niño o adolescente.
Una vez notificados los avisos, «en función del perfil lo llevan en protección menores o servicios sociales», describe Santiago. El objetivo último es la consideración judicial de los hechos.