Los grandes inversores inmobiliarios del extranjero pueden obtener el permiso de residencia en menos de un mes a golpe de talonario. Mientras tanto, las colas para ese mismo trámite atestan a diario las dependencias de la Oficina de Extranjería en Balears, que registran unas 30.000 peticiones al año.
Según la información facilitada por Delegación del Gobierno, ese fue el número de los expedientes abiertos el año pasado (en su inmensa mayoría solicitudes de permisos de residencia, aunque se incluye un número menor de trámites de otra índole), que prácticamente equivale al de expedientes tramitados. De ese modo, el índice de resolución mantiene un ritmo más o menos análogo al de solicitudes.
No obstante, el departamento todavía arrastra un retraso de unas 10.000 peticiones derivado en gran parte de los atascos generados durante la pandemia, pero también de la falta de plantilla suficiente y del progresivo incremento de la población extranjera en las Islas.
A fin de intentar paliar el problema, el Gobierno reforzó la oficina el pasado verano con la incorporación de 19 empleados públicos: 15 en Mallorca, tres en Ibiza y uno en Menorca. Este refuerzo formaba parte del plan de choque nacional para agilizar la tramitación de expedientes en todo el país -casi 300 funcionarios nuevos- y dar salida a 190.000 expedientes atascados.
Los refuerzos no han sido suficientes para la plataforma multisindical Insularidad Digna, que se ha concentrado en la sede de la Seguridad Social en Palma -otro punto de congestión- para informar a los ciudadanos de los problemas de personal que se vienen acumulando y «que no paguen su enfado con el funcionario que tiene que atenderles».
Fernando Martorell es portavoz de esta plataforma y responsable del Sector de la Administración General del Estado en UGT-Balears. Según sus estimaciones, si bien la falta del personal necesario para el conjunto de administraciones estatales en las Islas rondaría el 20 % de la plantilla existente, en el caso de Extranjería ese porcentaje se eleva hasta el 40 %.
«Extranjería es donde más se nota», afirma, entre otras cosas «por ser la comunidad con el porcentaje más alto de población extranjera y también con la proporción más alta en variedad de nacionalidades», señala. La sobrecarga de trabajo en este departamento, denuncia, ha provocado un sensible incremento de las bajas por ansiedad entre la plantilla. «El colapso es total».