La conexión mallorquina del caso de la desaparición de la niña Madeleine McCann se remonta a finales de septiembre de 2008, un año después de que la pequeña fuera secuestrada en Portugal. Una pareja británica, que pasaba unos días de vacaciones en Mallorca, denunció que había visto a la menor en una playa de Cala d'Or, Mallorca, acompañada de dos mujeres. La policía investigó la pista, pero nunca se localizó al trío.
La pareja, de unos 50 años de edad, había llegado a la Isla el 11 de septiembre y cuando llevaban diez días en Mallorca quedaron muy sorprendidos al ver en Cala Gran, un domingo por la mañana, a una niña cuyas características físicas eran idénticas a las de Madeleine. Repararon en que la niña, que llevaba gafas de sol y estaba coloreando un libro infantil, estaba pálida y era muy rubia, mientras que las dos mujeres con las que estaba eran de tez muy morena, lo que les llamó la atención.
Intentaron, sin suerte, ver cómo tenía los ojos (debido a la característica mancha ocular), pero debido a las gafas oscuras que llevaba no pudieron. Poco después, volvieron a verla en la zona, intentando convencer a las dos mujeres para que la llevaran a la playa. La veraneante británica, que se declaró muy religiosa, no se tranquilizó hasta que acudió a los responsables del hotel para transmitirles esta información.
Después, la Policía inglesa contactó con la mallorquina y se llevaron a cabo algunas diligencias, aunque no se pudo localizar ni a la niña ni a las dos señoras que la acompañaban. La pareja regresó a Manchester, donde vivían. Durante unos días apartamentos de Cala d'Or, Cala Ferrera y Cala Egos fueron investigados, en busca del indicios. Todo resultó inútil. Las señoras y la niña se habían esfumado.
Años después, en 2013, un equipo de la BBC británica regresó a Cala d'Or para grabar unos episodios que reconstruían el secuestro de Madeleine en un complejo hotelero de Praia da Luz, al sur de Portugal. En ese programa también se difundió el retrato robot de un varón sospechoso, blanco, de entre 20 y 40 años, estatura mediana y pelo castaño, que la policía quería interrogar por su supuesta relación con el caso. Unos figurantes de nacionalidad alemana hicieron el papel de actores en la reconstrucción y el hotel de Cala d'Or donde grabaron simulaba ser el portugués donde fue raptada Madeleine mientras dormía.