Un juzgado de lo Penal de Vía Alemania acogió este martes la vista contra la mujer cuyo perro atacó a su nieto de seis años en un taller de Palma en junio de 2018. La acusada negó ante la magistrada saber que el can, que había adoptado para proteger su empresa, era agresivo. «Cuando lo cogí en Son Reus nadie me dijo nada», dijo. Su exnuera fue la que denunció los hechos ante la Guardia Civil. La Fiscalía le acusa de un delito de lesiones imprudentes menos grave con resultado de deformidad y solicita para ella el pago de una multa de 1.200 euros y que indemnice al menor con 67.440 euros por las lesiones y las secuelas.
El suceso tuvo lugar la mañana del 27 de junio. La procesada acudió a su taller artesanal con el menor, que ese día estaba a su cargo. En el exterior de las instalaciones se encontraba el perro, mezcla de labrador y husky, atado con una cuerda de tres metros. La acusada decidió ausentarse unos minutos y avisó a su socio de que el menor estaba en un despacho con el ordenador. El muchacho decidió salir y fue atacado brutalmente por el perro. «Cuando salí el niño estaba sentado y al volver, cinco o diez minutos más tarde, me lo encontré con el perro encima y a mi hijo luchando para quitárselo de encima», explicó. La mujer relató que el can nunca se había mostrado agresivo y que lo adoptó porque le habían robado un par de veces y la policía se lo recomendó para disuadir a los ladrones.
Un veterinario de Son Reus desmintió a la acusada y explicó a la jueza que se avisó verbalmente de que el perro había atacado a otro niño y fue entregado por su antiguo dueño por ese motivo. Después de esto fue sacrificado. El niño sufrió lesiones graves en el cuello, en la cabeza y en la región lumbar debido a las mordeduras. A día de hoy sigue con revisiones en el traumatólogo. El juicio quedó visto para sentencia.