«No soy ningún héroe ni mucho menos, pero tengo muy claro que a los dos ladrones que entraron en mi casa se les habrán quitado las ganas de volver a entrar. Me encontré a dos hombres en mi jardín y cuando salí a por ellos el más joven saltó de nuevo la barrera de mi domicilio y salió huyendo. El otro, de unos 40 años, se quiso enfrentar a mí y le salió mal la cosa. Le empecé a lanzar golpes hasta que salió corriendo. Luego lo cogí de nuevo en la calle y os aseguro que se fue calentito», comenta David Solano, vecino del camí de can Mallol, en la barriada de Son Cladera de Palma.
«Hacía cinco minutos que había llegado a mi casa. Estaba en calzoncillos y a punto de meterme en la ducha porque había estado entrenando artes marciales en el gimnasio. De repente, los perros se volvieron locos y no paraban de ladrar. Nada más abrir la puerta me percaté de que había dos hombres en mi jardín robando. Uno de ellos de unos 20 años y el otro, de unos 40 años. Ambos eran rumanos o búlgaros», relata Solano.
«Comencé a gritar para que se fueran. El más joven me hizo caso, pero el más mayor de los dos quiso pelear y se vino a por mí. Mala elección. Como he contado antes, se fue bastante calentito de mi casa. Llamé a la policía pero cuando vinieron los delincuentes se habían escapado. Se metieron por las casas del 'callejón del terror', un trozo de calle donde no paran de vender droga las 24 horas, hay chatarrerías ilegales, desguaces en lugares prohibidos y que las instituciones miran para otro lado», concluye.
David Solano es uno de los jóvenes vecinos que viene denunciando desde hace años la construcción de un 'polígono' totalmente ilegal y que está judicializado tras las denuncias interpuestas por los vecinos y asociaciones.