El viernes pasado, un turista alemán fue sorprendido orinando desde un balcón a plena luz del día en la Playa de Palma, dejando atónitos a los vecinos y a otros turistas. El joven, presumiblemente bajo los efectos del alcohol y con un brazalete que llevaba los colores de la bandera de Alemania, realizó esta acción sin ningún tipo de pudor, miccionando sobre los toldos de los locales y comercios de la primera línea en esta zona turística.
Un ciudadano grabó el incidente en video, mostrando cómo un viandante increpó al turista, preguntándole qué estaba haciendo, mientras él apenas podía articular palabra. Después de terminar, el joven se retiró al piso que había alquilado, sin mostrar ningún signo de arrepentimiento.
Este comportamiento ha generado indignación entre los residentes y visitantes de Playa de Palma. Cabe recordar que esta zona ha sido escenario de eventos trágicos recientemente. El 23 de mayo pasado, cuatro personas perdieron la vida tras el derrumbe del Medusa Beach Club, un local en primera línea de playa. Entre las víctimas se encontraban dos turistas alemanas, una trabajadora española de origen senegalés y un hombre senegalés. El edificio, ubicado en la calle Cartago, sufrió el colapso de su terraza superior, dejando a varias personas atrapadas en el sótano.
La investigación posterior reveló que la terraza del Medusa Beach Club no contaba con licencia ni autorización de actividad ni de ocupación. Además, el sobrepeso causado por unas obras ilegales y la recolocación de una mesa para 12 comensales provocaron un colapso en el forjado, desencadenando la tragedia.
Estos incidentes han sido recurrentes. El 5 de junio pasado, la situación escaló al punto de que un centenar de vecinos intentaron linchar a los responsables de estos actos. Este clima de inseguridad y desorden contrasta con la imagen idílica que la zona pretende ofrecer a los turistas, resaltando la necesidad de una intervención efectiva para restaurar la tranquilidad.