El Govern ha puesto en marcha un proyecto para monitorizar en tiempo real el estado de los acuíferos de Baleares, un recurso que representa el 74 % del agua potable consumida en el archipiélago.
La iniciativa, desarrollada en el marco del ‘Territorio Balear Inteligente’, se enmarca en las actuaciones del IoTIB Lab, el laboratorio de innovación tecnológica promovido por IB Digital y la Universitat de les Illes Balears (UIB).
Impulsada por la Dirección General de Recursos Hídricos, el proyecto tiene como objetivo evaluar las tecnologías más eficaces para medir el nivel y la calidad del agua subterránea, con especial atención a la salinización de los acuíferos.
El proyecto, según ha informado la Conselleria de Economía, Hacienda e Innovación en un comunicado, se ha iniciado en cinco pozos ubicados en masas de agua subterránea que se encuentran en mal estado, como son los de Son Reus y Pla de Campos (Mallorca) y Pla de Sant Antoni, Porroig y Cala Tarida (Ibiza).
«Estamos dando el salto de una gestión basada en datos aislados y manuales a una red viva, que nos habla cada hora, cada día», ha explicado el director general de Recursos Hídricos, Joan Calafat.
La iniciativa, ha ahondado, permitirá al Govern «proteger mejor nuestros acuíferos, actuar con rapidez ante problemas y diseñar políticas del agua mucho más precisas». «Es una mejora técnica, pero también un avance social», ha añadido.
El control de los acuíferos, ha sostenido la Conselleria que dirige Antoni Costa, es «especialmente urgente» en un contexto de cambio climático, donde la escasez de lluvias, la presión turística y los eventos meteorológicos extremos «exigen una gestión hídrica mucho más precisa y anticipativa».
La información que hasta ahora se obtenía de forma manual, con revisiones mensuales o trimestrales, pasará a recogerse automáticamente y en tiempo real mediante sensores de última generación.
«Cuando el agua se vuelve demasiado salada, no se puede beber ni usar para regar. La conductividad nos avisa de esto mucho antes de que el agua deje de ser útil», ha explicado Cels García, catedrático de la UIB y responsable del reto. «Con estos datos podremos actuar a tiempo y evitar daños mayores», ha agregado.
Este reto tecnológico, ha resaltado el Govern, forma parte del trabajo previo realizado para «asegurar el éxito de una inversión clave», la licitación de 2,2 millones de euros –financiados con fondos europeos– para instalar sondas automáticas en 250 pozos de todas las islas.
Con una inversión inicial de 150.000 euros, la iniciativa del IoTIB Lab permitirá probar en condiciones reales distintas tecnologías de sensorización, evaluando su fiabilidad, eficiencia energética, capacidad de transmisión de datos y adaptabilidad al entorno insular.