El restaurante Annabel Mallorca, ubicado en el Paseo del Mar de Palmanova, ha estado bajo el foco mediático estos últimos días tras la publicación en su perfil de Instagram de una escandalosa cuenta que superaba los 60.000 euros.
Medios locales y nacionales se han hecho eco de este insólito ticket que ha dado mucho que hablar en redes sociales. Mientras tanto el establecimiento lanzaba una pregunta a sus seguidores: «¿De quién es esta factura? Etiquétalos abajo, por favor, nos gustaría hablar…». Con estas palabras la cuenta el restaurante ha abierto un gran debate sobre los posibles comensales que habrían dejado esta cuenta.
Esta comanda sin fin, que asciende a los 63.237,90 euros, incluye una gran variedad de vinos de alta calidad de entre 100 y 600 euros, así como pizzas, pastas y un "variado de pescados" con un coste de 45.000 euros. Pero este último concepto no corresponde con el producto que lo comensales disfrutaron en el restaurante.
Según ha explicado un trabajador del establecimiento en el programa ‘Cinc dies’ de IB3, estos 40.000 euros corresponden en realidad a la compra de tres botellas de vino, «son vinos muy exclusivos que no están al alcance de cualquiera», ha precisado Julio.
Al ser preguntado por la cara conocida que se encuentra tras este escandaloso ticket el empleado ha contestado que no puede revelar su identidad aunque sí ha confirmado que se trata de un deportista estadounidense retirado y que él mismo dio permiso al restaurante para publicar su cuenta.
No cuestiono la factura, cuando hay vinos exclusivos ya sabe uno a que se expone. Lo que sí cuestiono, porque ser denunciable, es la inclusión obligatoria de una propina del 10% del monto consumido. Sencillamente: en España está prohibida esa práctica (no así en algunos paises europeos como por ejemplo Francia). Es denunciable ante la Consellería de Turisme y ante Junta Arbitral de Consumo de las Islas Baleares que depende de la Consellería de Sanitat y Consum (yo denunciaría pues 6000 € es una autentica pasada) ya que la legislación y regulación española entiende que una propina es un acto VOLUNTARIO del comensal como agradecimiento por el trato y cortesía del local y sus empleados, pero NUNCA es obligatorio ni impuesto al comensal. No hace muchos días el presidente de la patronal de hostelería y restauración de las Isla Baleares salío al quite sobre ello debido al aumento de denuncias sobre este hecho, y en un extenso artículo explico claramente el porque es un delito las propinas obligadas. Al final terminaremos por matar la gallina de los huevos de oro que es el turismo, y de la cual depende la bonanza económica de las islas.