El festival ya cuenta con todos los ingredientes. Ayer, la sección oficial congregó a los miembros del jurado en el Auditori de Cas Serres para asistir a las primeras proyecciones. Equipados con una pequeña linterna que les permitía tomar notas durante las proyecciones, Salvador Vayart, Atahualpa Lichy, Simon Aeby, Orlando Aguilera, Vicente Mora y Javier Salmones siguieron la jornada inaugural a concurso. También estuvo presente en Cas Serres Rodolfo Ruiz, consejero del Consejo de Administración de Radio Televisión Española, quien está realizando un seguimiento de los diversos festivales que pueblan la geografía nacional.
Pero quedaba por ver si el público, la asignatura pendiente de Elektrozine, iba a responder a esta sección oficial. Y el público lo hizo. El Auditori presentaba una importante asistencia de aficionados al cine que, a lo largo de la tarde, fueron ocupando más y más butacas para ver los cortometrajes a concurso.
Momentos antes del inicio de las proyecciones, Fernando Monge, director de este primer festival de 'cortos' pitiuso, realizó una breve valoración de las dos primeras jornadas, en las que fueron ofrecidas varias retrospectivas. Para Monge, Elektrozine está pagando ligeramente su «bisoñez» y manifestó su plena satisfacción por la labor de todo el equipo que está haciendo posible este festival. Además, Monge indicó que los dos primeros días han sido provechosos para saber cuáles eran los errores para así poder subsanarlos.
Pero pasando al plano principal de Elektrozine -las obras a concurso- la primera de las sesiones de ayer dio inicio con un interesante documental firmado por Pilar García Elegido titulado «Confluencias. La Habana Vieja habitat». Un hermoso retrato de la ciudad cubana y de la realidad artística que la envuelve, con la idea de la memoria como hilo conductor.
Desgraciadamente, el 'corto' ganador de la última edición de los Goya, «Un día perfecto» tuvo que ser proyectado en vídeo, debido a su formato Scope (demasiado ancho para la pantalla del Auditori). Con una producción impecable y un gran despliegue de medios, esta cinta defraudó ligeramente por la endeblez de su guión, muy por debajo de la calidad técnica de la obra firmada por Jacobo Rispa.