«El mar» está ya un poquito más cerca. El equipo que dirige el director de cine mallorquín Agustí Villaronga «tomó» desde primeras horas de la mañana de ayer la tranquila localidad de Biniali para dar inicio al rodaje de la adaptación cinematográfica de la obra de Blai Bonet.
Ante la lógica curiosidad de muchos de los vecinos, y con el convento como «centro de operaciones», los actores comenzaron a dar vida a esta durísima historia ambientada en la Mallorca pobre y rural de los años 30 para la que se han recreado calles e interiores y cortado el tráfico rodado durante los próximo días.
Pero no sólo Biniali ha viajado marcha atrás en el tiempo en cuestión de unas pocas horas. Algunos de los actores que participaron en el primer día de rodaje de la película mostraban también una imagen muy diferente a la habitual, como la cantante Maria del Mar Bonet, que apareció ayer con el pelo recogido, delantal y alpargatas, o el joven Bruno Bergonzini, con el pelo corto y un aspecto muy alejado del «Alfred» al que da vida en la popular serie de TV3 «Laberint d'ombres», y que despertaron aún más el interés del improvisado público que no quiso perderse la experiencia.
La película, que cuenta con un presupuesto de 270 millones de pesetas incluyendo copias y publicidad y que se ha constituido como una firme apuesta de la productora Massa d'Or, no escatima guiños al desaparecido Blai Bonet, con quien Villaronga estuvo preparando el guión hasta el último momento y en el que el escritor había puesto una gran ilusión. Prueba de ello es una camioneta Chevrolet del año 1926, aportada al rodaje por el coleccionista Guillem Amengual, quien la adquirió hacer un par de años. El vehículo, con matrícula PM-3139, había pertenecido a su abuelo, quien la utilizaba como correo entre Palma y Biniali y en el que, curiosamente, el escritorde Santanyí se trasladó hasta el hospital de Caubet para ser ingresado a causa de la enfermedad que padecía.