El director rumano Emir Kusturica presenta una visión barroca y surrealista de los gitanos del Este de Europa en «Gato negro, gato blanco», la película que se proyecta esta noche (Multicines Eivissa, 22'15 horas) en el ciclo Anem al Cine, que organiza la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Eivissa.
Protagonizada por Bajaram Severdzan, Flrijian Adjini y Jasar Destani, el último trabajo de este original y controvertido cineasta abunda en el mundo cultural de un etnia hacia la que se siente muy interesado, como ya lo demostró en sus anteriores trabajos «El tiempo de los gitanos» y «Underground».
«Gato negro, gato blanco» narra las peripecias de dos familias gitanas, contrastadas en las pasiones y particularidades de unas costumbres y tradiciones reflejadas con intensidad y desgarro por Kusturica. La estética esperpéntica del director, aquí más cerca que en otras ocasiones de su admirado Fellini, ofrece en este film colorista un retrato agridulce de la decadencia de una sociedad que ha sufrido un cambio (en todos los sentidos) demasiado rápido en muy corto periodo de tiempo.