El príncipe de Asturias y Girona, Felipe de Borbón, y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, inauguraron en la mañana de ayer las obras de restauración del monasterio de Sant Pere de Rodes, situado en Port de la Selva (Alt Empordà) y cuyo origen se remonta a finales del siglo IX. Las tareas de rehabilitación de esta edificación, situada en un impresionante punto de la costa catalana, han contado con la intervención del arquitecto ibicenco Elías Torres.
Las obras de restauración del monasterio han sido posibles gracias a un convenio entre la Fundación Caja Madrid y el Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya, el cual fue firmado en 1996. Este convenio afecta a la última parte de las obras, ya que el gabinete de arquitectura de Elías Torres y José Antonio Martínez Lapeña trabajó en el mismo entre los años 1979 y 1993. Desde 1992, todas las tareas referentes a esta rehabilitación han sido coordinadas desde la Direcció General de Patrimoni Cultural del Departament de Cultura de la Generalitat.
Tal y como señalaron en su día Torres y Martínez Lapeña, a través de la revista de arquitectura «El croquis», el primer objetivo de su restauración fue «convertir el propio conjunto del monasterio en un museo de sus ruinas, mediante la protección y conservación de sus restos». Así, fueron protegidas con láminas de cobre las cubiertas de la nave de la iglesia y de la galilea, las almenas y los remates de los muros.
Obra de los dos arquitectos son también la adecuación del acceso al interior del recinto, la creación de un centro de reuniones y una pequeña residencia y la adecuación del antiguo refectorio para albergar un pequeño museo.
Además, Torres y Martínez Lapeña también han sido los responsables de instalar diversas rampas y escaleras en el interior de la edificación. Algunas de las escaleras, por ejemplo, han sido colocadas sobre el antiguo trazado de las escalas originales.