Durante dos años, el músico Mike Oldfield (Reading, Inglaterra, 1963) fijó parcialmente su residencia en Eivissa, concretamente en la zona de es Cubells. Finalizado este periodo, Oldfield se reconoce cansado de las discotecas y las «miles de personas entregadas a la diversión» que circulan por la isla. Por otra parte, el músico trabaja en un proyecto para recibir el nuevo milenio y estudia la posibilidad de, una vez abandonada la discográfica Warner, volver a trabajar con Richard Branson, quien le dio la primera oportunidad al producirle el disco «Tubullar Bells». Estas declaraciones fueron realizadas por el guitarrista minutos antes de subir al escenario de A Coruña el pasado 31 de julio, durante su gira española para presentar el disco «Guitars».
En una entrevista que reproduce hoy íntegramente nuestra edición de papel, Oldfield confesó que «Eivissa cuenta con una gran historia y con un valioso legado, fruto de todas las culturas que han poblado la isla y que siempre la consideraron como un territorio sagrado. Eivissa estaba rodeada de mucho misticismo y luego se transformó en la sala de fiestas de Europa, con discotecas inmensas y miles de personas entregadas a la diversión. Claro que eso sólo dura unos cuantos meses al año, pero después de dos años viviendo en la isla me cansé un poco de todo eso, vendí mi casa y regresé a mi país».