«El horror, la angustia, la tragedia y la impotencia sufrida por el ser humano enfrentado a un injusto destino vital». Tal es la motivación ética que ha servido de norte a Troya para la creación de los 17 cuadros que forman la exposición que se inaugura a las ocho de esta noche en la galería Berri de Sant Agustí. La muestra de esta pintora de origen catalán, que vive a caballo entre Barcelona, Madrid y Eivissa, permanecerá abierta al público hasta el próximo día 31.
En conjunto, toda la exposición es también un homenaje al Goya de las pinturas negras, «por ser este el pintor que, tal vez, haya sabido reflejar mejor que ningún otro los estragos de las guerras y otras injusticias humanas», explicó Troya, doctora en derecho de profesión y pintora vocacional desde pequeña, arte que ha ido aprendiendo a través de una búsqueda personal.
Seis de las obras presentadas son reinterpretaciones de algunos cuadros de Goya, «a la luz de acontecimientos muy próximos a nosotros temporalmente, pero que en el fondo son tan antiguos como la humanidad misma». Estas creaciones, pintadas al óleo, como todo el conjunto de la muestra, se presentan sobre papel de periódico: «Es una forma de sobreponer a la crónica diaria de horrores y noticias que dan cuenta del devenir de nuestro mundo, una reflexión emocional sobre problemas universales que aún no hemos acertado a resolver», señaló Troya.