«Soy una especie de hombre anuncio con el galimatías de vender y presentar un libro desde la coyuntura de decir mediante recursos y técnicas y personajes distintos a la palabra». Con tal propósito, el escritor Julián Sánchez (Barcelona, 1962), residente en Palma desde hace varios años, ofreció ayer en el bar La última gota, de Es Vivé, una presentación teatralizada de su última obra, «Galimatías de la vida (Aforismos, quizás...)», publicada por la editorial madrileña La nave de los locos, cuyo responsable es el escritor «y sin embargo amigo», Manuel Blanco Chivite.
En el monólogo literario de intención teatral con el que Julián Sánchez inició la presentación de su libro de aforismos, el autor hizo un sucinto retrato de sí mismo: «Soy escritor, poeta, trabajo en prensa y radio; educador de calle, miembro de la Asociación Colegiada de Escritores de Cataluña, con estancias en Eivissa y Palma, distribuidor...». La obra, divididas en diez secciones, contiene una serie de «pensamientos, críticas, enfrentamientos e histerias» sobre el tiempo que le ha tocado vivir. Tras la presentación ibicenca, Sánchez realizará un periplo que le llevará a distintos escenarios de Mallorca, Barcelona, Madrid, Bilbao, Irún, Castellón y Valencia.
La intención crítica del último libro de Julián Sánchez queda de manifiesto en los enunciados de las distintas partes de la obra, con títulos como «Dolor, precariedad, sistemas de clases sociales de pobreza, estupefactas golosinas psicológicas», «Estragos (justicia, ley) de la economía política o facsímil democrático», «Rabia, filosofía, poética, artes» o «Sentido, sueños, sentimiento y sensibilidad». Reconociéndose como «agitador cultura», el polifacético creador no disimula su desprecio hacia el arte convencional: «La palabra poeta me da mucho asco, porque hoy en día pertenece a toda una industria de poder, de negocio, de explotación de imágenes e ideas, que no tiene nada que ver con lo que es el proceso de creación», señaló Julián Sánchez.