Los melómanos de la isla que acudieron el martes pasado al hotel Hacienda-na Xamena para asistir a la primera sesión de la temporada de las ya tradicionales cenas-conciertos, se llevaron una magnífica impresión con el recital de piano que les ofreció Kiev Portella. El joven pianista menorquín de 25 años es conocido por los aficionados de la isla, donde ya ha ofrecido varios conciertos (el último, el pasado año) y donde en 1992 obtuvo el Primer Premio del Festival Internacional de Piano de Sant Carles.
El programa estuvo dedicado íntegramente a compositores del siglo XIX, entre los que se cuentan sus favoritos, Debussy, Chopin, Brahms, Rachmaninov y Fauré. «Son autores con los me siento muy cómodo, los disfruto yo y creo que comunicó al público una emoción parecida», explicó a este periódico tras el recital. Y es que entre la técnica o el espíritu, Kiev Portella lo tiene claro. «Ante todo pongo la emotividad; la técnica es puro mecanismo; aunque, desde luego, tiene que haber una seguridad, que es lo que te permite relajarte para poder trasmitir el espíritu de la composición». «Creo que el virtuosismo técnico de un intérprete no debe tapar el corazón de la música», añadió.
Desde hace cinco años reside en Barcelona, desde donde prepara su actividad de concertista y de músico de cámara. Entre sus próximos proyectos figuran una gira de cuatro conciertos y la grabación de un disco en Suiza, dos conciertos en Florida y otros dos en Inglaterra. «De momento quiero seguir en Barcelona; es una gran ciudad y tiene una gran variedad cultural. Menorca está muy bien p ara retirarme, cuando tenga 60 o 70 años; mientras, prefiero agotarme y captar todo lo que pueda en otros sitios de más vida cultural».