Una serie de fallos técnicos y de organización deslucieron notablemente la III Mostra de Curtmetratges de Sant Antoni, que tuvo lugar la noche del pasado jueves en Sant Antoni. El único premio del certamen, concedido por votación del público asistente, fue para «La llamada», un corto de cinco minutos de duración realizados por los ibicencos Héctor Escandell, Vicente Torres y Javier Marí.
La dotación del premio fue de 25.000 pesetas y una hora gratis de Internet. Los fallos que más molestaron al público fueron la sabana que hacía de pantalla, colgada demasiado baja y poco tensa, lo que dificultaba la visión; un sonido distorsionado en varias ocasiones; las deficiencias técnicas evidentes en la proyección de algunos trabajos, o que la luz de la plaza no fuera apagada durante toda la velada.
Los otros cortometrajes que optaban al premio fueron «Llorando sueño», de La Guerrilla; «Figuras en un espejo», de los ibicencos Enrique Villalonga y Juan Marí; «Sofoco estival», de Funtet , y el más largo de todos, que cerró la sesión, «El siglo y los cementerios», original de Carlos Navarro.