Hace unos días el escritor catalán Octavi Egea presentó en la isla «Abaddon, l'àngel de l'abisme», la novela con la que ganó la novena edición del Premi de Narrativa Ciutat d'Eivissa. Publicada por Res Publica Edicions con una portada ilustrada por el pintor Antoni Taulé, la novela vio la luz junto con «Ningú ve fet a mida», de Joan Pinyol, título que resultó finalista y cuya publicación recomendó expresamente el jurado. Además, y dentro de la misma colección, también se publicó «La primera aventura d'en Max Espringüel», de Esperança Rosarqué, con ilustraciones de Teresa Durán. El encargado de presentar los tres títulos fue el escritor Bernat Joan.
"¿Podría hacer una sinopsis de «Abaddon, l'àngel de
l'abisme»?
"Es una novela sobre el satanismo, la
llegada del Anticristo a la tierra, la captación de adeptos por
parte de una secta diabólica y la búsqueda de un autor para
escribir el «Evangelio según Satán»
"¿Tiene alguna intención moral?
"No; se
trata, simplemente, de la eterna lucha entre el bien y el mal.
Durante toda la novela parece que va ganando el mal, pero al final,
en el último momento, hay una luz de esperanza que deja las cosas
en suspenso. Sin entrar en más detalles.
"¿Qué le ha parecido la edición?
"Ya
sabía, por la publicación hace dos años de «La llum del bosc», el
libro con el que gané el premio infantil, que las ediciones estaban
muy bien hechas. Ahora se ha confirmado una vez más; el libro,
empezando por la portada, es realmente bonito.
"¿Escribe a partir de una idea o necesita arrancar de
una experiencia personal?
"Depende; no tengo una
regla fija. A veces es una idea que me viene y la intento
desarrollar; aunque puedo dejarla a las 40 páginas porque deje de
interesarme. Es que creo que si a mí no me engancha la historia
tampoco engachará al lector. Esa es la prueba del nueve, digamos.
Pero si cada día tengo ganas de seguir la historia, para ir
descubriendo para mí mismo qué hacen los personajes, entonces es
como la prueba del algodón para saber si el lector anónimo se
interesará por lo que he escrito.