El pasado fin de semana, Elena Ruiz Sastre participó en Valencia en un ciclo sobre gestión cultural, en el que «figuras de la gestión pública, desde distintas responsabilidades y experiencias, abordan el problema que en España supone la gestión de los asuntos culturales y los equilibrios que realizan para avanzar en la difusión cultural», según explicaba el programa del encuentro, organizado por la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM).
La directora del Museu d'Art Contemporani d'Eivissa (MACE), quien cerró el ciclo, explicó en Valencia la trayectoria del museo ibicenco de arte contemporáneo, «el primero que se crea en su género en España, un museo con unas peculiaridades muy concretas: nace como fruto de una Bienal y la colección la conforman obras muy dispersas de individualidades que nunca se arraiga con el panorama local, pero sin embargo se potencia con él: el Grupo Ibiza 59 y el movimiento mítico de la década de los 70».
Ruiz hizo balance de sus once años de gestión al frente del museo, tras los que permaneció cerrado. «Creo que el balance es positivo y todavía se puede hacer más», apuntó. Como fórmula para superar las dificultades presupuestarias («es muy difícil jugar en Primera con un presupuesto de Segunda B») la directora del MACE ha potenciado dos vías complementarias: «Involucrar a los bancos y al Consell en sus patrocinios y las producciones propias. Es la única manera que tenemos de sobrevivir si no queremos convertirnos en un museo provinciano y con una producción muy limitada», explicó, añadiendo que «gracias al convenio con el Obispado, la iglesia del Hospitalet es un respiro importante para experimentar con los lenguajes nuevos del arte».