A partir de las diez de esta noche, Paulo Viheira inaugurará una exposición de sus esculturas en el bar 22 de la calle de la Virgen, en el puerto de Eivissa. Como curiosidad, el artista brasileño residente en Eivissa ha pedido en las invitaciones que los asistentes al vernissage vayan vestidos de blanco y/o azul, en deferencia y referencia a los colores marineros de la calle donde se encuentra este local, que, como tantos, se apunta a la moda de mostrar arte en sus dependencias, acaso por la escasez de galerías de la isla, o por las condiciones económicas que algunas exigen.
Paulo Viheira, residente en Eivissa desde hace catorce años, estudió Bellas Artes en su país de origen, Brasil, ampliando su interés por la esculturas en Marruecos y la India. En el primero de estos países estudió la talla de madera, mientras que en el segundo asimiló diversos procedimientos para la elaboración de tintes. Su llegada a Eivissa fue por casualidad, al visitarla con unos amigos camino de Florencia; pero -como asegura- «la isla me atrapó totalmente y decidí no seguir buscando».