No es cierto que la Eivissa del siglo XXI, más materialista y urbanita que la de los años 70 (desde luego), no atraiga ya a los románticos y soñadores del mundo entero. Hay muchos casos que desmienten tal opinión; casos a los que se puede incorporar por derecho el de Gloria Phoenix, cantante, escritora y actriz británica, quien desde hace cinco años (tras frecuentarla desde principio de los 90) decidió instalarse en la isla para desarrollar mejor su creatividad. «Es difícil precisar por qué; fue una llamada a la que tuve que responder, algo místico que no se puede explicar», reconoció a este periódico.
Y eso que la polifacética artista ha conocido mucho mundo. «He viajado por todas partes, pero ha sido aquí donde he sentido que quería quedarme; y en contra de toda lógica práctica, porque mi vida profesional en Londres estaba en un buen momento, ya estaba haciendo pequeños papeles como cantante de ópera y otras cosas; pero fue una corazonada de la que no me arrepiento». Corazonada y también necesidad. «Es que, además, quería explorarme a mí misma, porque además de cantante también escribo; y no encontraba tiempo para explorar todos los canales creativos que tengo».
Creatividad que achaca a instancias superiores. «Viene de Dios, desde luego; y aquí la siento como algo más orgánico, mientras que en Londres era una lucha para sobrevivir». Y ¿cómo una persona así se gana la vida en esta isla? Tomen nota: «Hice un disco colectivo que me dio algo de dinero; canto en sesiones de discos de ambiente y de baile, pues conozco a muchos productores que tienen aquí estudios; también canto en bodas, pues mi repertorio en música clásica para ceremonias religiosas es muy amplio; tengo una el día 12 en la Catedral; he hecho algún que otro recital, talleres de voz de teatro, alumnos particulares a los que doy clases de voz; y si las cosas se ponen muy feas, siempre me queda el recurso de dar clases de inglés», explicó con aplomo.