«El gran problema que tiene actualmente planteado nuestro patrimonio es la falta de restauradores» y la «penuria de centros capacitados para formarlos». Este hándicap llega a ser «dramático» en comunidades como la balear, y se ve agravado por la falta de mano obrera especializada, que hace que, en unos trabajos de restauración, uno pueda encontrarse «con que la preparación de un mortero de cal requiere la presencia de un aparejador». Así de tajante se mostró ayer el subdirector del Instituto de Patrimonio Histórico, Àlvaro Martínez Novillo en la conferencia que inauguraba el II Encuentro sobre Museos y Patrimonio, que, dirigido por el historiador Javier Tussell se celebra hasta el viernes en la Fundación BBVA de Madrid.
Novillo apuntó asimismo que el 11 de septiembre supone un «punto de no retorno» en el concepto de conservación del patrimonio, cuyas políticas van a condicionar «la vida y los usos que hacemos de los museos», añadiendo que lo ocurrido en Estados Unidos y la «sensación de desprotección» que deja, van a condicionar en este siglo «la vida y los usos que hacemos de los museos, así como los préstamos de obras de arte». El subdirector del Instituto de Patrimonio Histórico también recordó la destrucción de los budas, a comienzos del verano, en el interior de Afganistán, y afirmó que «a uno se le ponen los pelos de punta» cuando, por ejemplo, «piensa en Londres y en sus símbolos, absolutamente desprotegidos ante este tipo de terrorismo».
A estas jornadas está previsto que asistan importantes expertos en materia de museos y patrimonio, como el director de la Royal Academy of Arts, de Londres, el director del Museo del Prado, o el director del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, de Valencia.