La celebración de la 53 edición de los premios Emmy, los principales galardones de televisión en EE UU, está prevista para el próximo domingo, después de dos cancelaciones debidas a los atentados sufridos por este país. A menos de tres días para su festejo en el teatro Schubert de Los Angeles, aún no está claro el tono de una ceremonia que deberá alternar el duelo por las víctimas del terrorismo y el «glamour» necesario para devolver a la nación el sentimiento de normalidad que busca.
La ceremonia que reúne a las principales estrellas de la televisión estaba prevista para el pasado 16 de septiembre pero todos los actos se cancelaron en señal de duelo tras los atentados terroristas del día 11. Se fijó una nueva cita para el 7 de octubre. La cancelación llegó pocas horas antes de que la ceremonia fuera inaugurada, el mismo día en que las tropas estadounidenses comenzaron los ataques contra el gobierno de los talibanes en Afganistán.
Con el lema de «el espectáculo debe continuar» y la necesidad de la Academia de recaudar un dinero por la retransmisión vital para su mantenimiento, los Emmy están dispuestos ahora a que el tercer intento sea el definitivo, aunque en esta ocasión la cita sea algo más íntima. Según Bryce Zabel, presidente de la Academia, en este tercer intento el recuento de estrellas será más elevado que en los anteriores, con la presencia de aquellos que el pasado 7 de octubre se habían negado a abandonar Nueva York por motivos de seguridad.
La falta de intriga también está servida este año por el hecho de que las dos series televisivas con un mayor número de candidaturas, «The West Wing» y «Los Soprano» que aspiran a 18 y 22 trofeos, respectivamente, entre el que se encuentra el de mejor serie dramática, repiten el reto que ya protagonizaron el pasado año. Y, como en la última edición, la crítica especializada espera que vuelva a ser «The West Wing» la que se lleve la gloria.