La segunda lección del XXVII Curs Eivissenc de Cultura, que se celebra hasta el viernes en la Sala de Cultura de «Sa Nostra», corrió a cargo de Felip Cirer, quien ayer habló de «Els viatges de Mn. Alcover a Eivissa. Col·laborador a les Pitiüses». El director de la Enciclopèdia recordó los cinco viajes que el ilustre filólogo mallorquín realizó a la isla para pedir colaboraciones para su famoso diccionario. Tales visitas tuvieron lugar en 1902, 1909, 1917, 1921 y 1922.
A juicio de Cirer, lo más interesante de estos viajes «fue la cantidad de gente que movió en la isla para que colaboraran en su obra, aunque algunos luego le dejaran colgado». Habilidad y perspicacia, «pues cuando hizo el primer escrito invitando a todos a participar, logró la firma de todos los obispos de la zona de habla catalana, con lo que tuvo ganados a todos los curas». «Aunque tenía un carácter irascible, se enfadaba muchísimo; pero también era como un niño, candoroso a momentos, y sus disputas eran memorables, como la que sostuvo con el Institut d'Estudis Catalans», recordó Cirer.
Los colaboradores más ilustres que Mossèn Alcover tuvo en Eivissa fueron Isidor Macabich y Serra Orvay, «aparte de un montón de sacerdotes que le ayudaban, y algunos estudiantes, como Manuel Sorá», quien luego fuera el director del Instituto. «Iba al Seminario, donde había estudiante de todos los pueblos de la isla, y cogía a dos o tres de cada pueblo; lo tenía todo muy bien organizado», apuntó el conferenciante. Una de las actividades que les encargaba a los seleccionados «era entregarle una lista de 85 verbos, que no sabían como se decían en Barcelona y en Valencia, para que los conjugaran y aprendieran», puntualizó Felip Cirer.