«Estamos especialmente satisfechos con esta donación, ya que en nuestro museo no teníamos ningún ánfora de este tipo». Con estas palabras, el director del Museu Arqueològic d'Eivissa i Formentera, Jordi Fernández, mostró ayer su alegría por la donación realizada por los herederos de Adolfo Villalonga, un ánfora de forma antigua, según la tradición estética cananéa, cuya fecha de fabricación podría remontarse al tercer siglo antes de Cristo. «Desconocemos la procedencia, pero es muy probable que sea de Sicilia, donde abundaban este tipo de ánforas, aunque también podría ser originaria del norte de Àfrica (Cartago) o incluso de la isla de Malta», apuntó.
Otra duda que plantea el ánfora donada por la viuda e hijos de quien fuera alcalde de Eivissa es el lugar donde fue hallada. «No sabemos si el barco que la transportaba venía a Eivissa, pero sí que fue encontrada en aguas de la isla; probablemente a través del arrastre de un barco por el pecio en el que estuviera depositada», comentó el responsable del Museu Arqueològic. En cualquier caso, Jordi Fernández destacó «el magnífico estado de conservación» de la pieza, que no presenta ningún tipo de rotura ni de restauración previa a la donación.
Aunque está prohibido por ley vender objetos del patrimonio, aunque sean encontrados, el director del Arqueològic apuntó que el ánfora podría alcanzar un buen precio entre coleccionistas. «Por supuesto que es algo ilícito, como lo es el tráfico de drogas, aunque éste no sea dañino para la salud; pero sabemos que hay piezas importantes del patrimonio pitiuso en muchas casas, e incluso como objetos de decoración en algunos hoteles».
«Ha aumentado la sensibilidad de la gente con las
donaciones»
Según explicó ayer el director del Museu Arqueològic en la
presentación del ánfora donada por los herederos de Adolfo
Villalonga, «de un tiempo a esta parte hemos notado que ha
aumentado bastante la sensibilidad de la gente con las donaciones
de piezas del patrimonio». En este sentido, Jordi Fernández
aprovechó la ocasión para animar a los ciudadanos que tengan en sus
domicilios objetos encontrados o heredados para que se animen a
depositarlos en el museo. «Aparte de nuestro agradecimiento, la
donación figurará en todos los registros; además, aquí estarán
perfectamente conservados y cuidados, y podrán verlos siempre que
lo deseen».