Josep Rosales nació en Eivissa hace treinta y un años y desde hace ya algunos ejercita su pasión como pintor, cultivada de un modo autodidacta y que le llevará a inaugurar el próximo viernes en Ebusus una nueva exposición, la séptima ya, en la isla. Apasionado del formato cuadrado para sus obras, puesto que afirma que le otorgan «mucha más libertad que otros formatos», Rosales reconoce haber descubierto en los últimos meses una atracción hacia el blanco y negro, la cual le ha hecho renunciar en gran parte al color.
«Ha sido un cambio, más bien una evolución, bastante drástico», reconoce este joven artista, quien presentará algo más de una docena de cuadros en esta nueva muestra. «Hay mundos muy gestuales y otros más geométricos -explica Rosales-; en algunos cuadros hay también una zona que es como nula, que esconde alguna cosa». El pintor, además, reconoce haber modificado su modo de enfrentarse a la obra: «Antes pintaba un motivo y llenaba el resto de la pieza, y ahora no. Ahora voy directo al grano, pintando lo que quiero y sin prestar atención a si quedan espacios todos en blanco o todos en negro, si aparecen allí se quedan».
La exposición de Josep Rosales consta de piezas realizadas al óleo sobre cartón o madera. En el último de estos casos, la madera utilizada procede de fragmentos de puertas. La mayoría de los cuadros son de formato cuadrado, aunque también ha querido exponer cuatro piezas muy verticales e incluso una pintada únicamente con las manos.