«Estados Unidos está muy bien para trabajar y para bailar, pero en todo lo demás resulta más bien problemático; en calidad de vida prefiero Europa». Con estas palabras resumió Montserrat Forner a Ultima Hora Ibiza y Formentera su decisión de dejar Estados Unidos, donde ha trabajado durante cuatro años. Su último destino ha sido el Festival Ballet de Atlanta (Georgia). «Terminé la temporada en mayo y querían renovarme de nuevo el contrato, pero me exigían que regresara en julio. Me pareció muy pronto, porque tenía otros compromisos y quería venir a la isla a ver a la familia y a descansar».
Además, se había comprometido a participar en el festival que conmemora los 20 años de historia del Estudi Capricorn, donde Montserrat Forner empezó sus estudios de danza. «No podía negarme, y me apetecía mucho, porque nunca he bailado en la isla como profesional, sólo en los festivales que organizaban el centro de vez en cuando». La cita será el próximo día 31 en el parque Reina Sofía, y en dicho festival participarán todas las ex-alumnas/nos que han seguido una trayectoria profesional, y puedan. «Todavía no sé cuántos seremos; sé que vendrá María José Benito, que hace contemporáneo, y me parece que también Virginia Tur, que trabaja ahora en Madrid», apuntó.
Para la ocasión, Montserrat Forner presentará en Eivissa una pequeña muestra de uno de los trabajos que más éxito le ha cosechado en EE UU, «El Cascanueces», de Tchaikovsky, en el que interpretó el papel de la protagonista, Clara. «Haremos una pequeña parte del primer acto, con chicas y chicos del centro. Tengo la mitad de la gente que me haría falta y otras limitaciones, pero creo que va a quedar bonito y divertido». «También voy a bailar una coreografía sobre 'Cats' que Sandy (la directora del centro) montó para mí cuando tenía unos 16 años», añadió.
Una década después, Forner sigue manteniendo un aspecto aniñado que le ayuda para la interpretación de ciertos papeles. «Sí que es verdad, aparento menos años y eso es bueno para mi trabajo, porque así puedo combinar la experiencia con la apariencia, algo difícil de conseguir en la danza». «Esa es la paradoja de los bailarines: cuando más expresión y calidad puedes dar a tu arte, es cuando las facultades físicas ya no responden tanto. Lo que ganas por un lado lo pierdes por otro», precisó la artista.
Antes de recalar en Eivissa, ha estado bailando en Menorca, por las fiestas de Sant Joan, y en el Palau Nacional de Monjuïc de Barcelona. «Estoy moviendo cosas, pero ahora no es muy buena época, porque las compañías están de vacaciones y ya tienen la plantilla para la temporada que viene. Creo que voy a tomarme en plan sabático lo que queda de año, para pensar mejor lo que más me interesa». «Desde lo del 11 de septiembre en Norteamérica está todo muy revuelto y a veces creo que no voy a poder salir, lo que me angustia algo. Además, he llegado a una edad en la que le doy también prioridad a otras cosas; me doy cuenta de que no todo en la vida es bailar, también hay otras cosas que cuentan, como la calidad de vida», confesó.
Monteserrat Forner comenzó a bailar a los 6 años en Estudi Capricorn, más tarde amplió estudios en Barcelona, Londres y Alemania, donde comenzó a trabajar profesionalmente. En este país bailó «Romeo y Julieta», «Coppelia», «Paquita, Nayadere» y «Exodus». Mas tarde, con el Gavina Ballet de Barcelona, danzó «Carmina Burana», «Tangos» y «Misas Criolla». Ya en Estados Unidos, su actividad artística la ha desarrollado con el Columbia City Ballet (Carolina del Sur), en Montgomery Ballet (Alabama) y el Festival Ballet de Atlanta (Georgia), con los que ha bailado «Cinderella», «Esmeralda» o «La Bella durmiente», entre otros.