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«Me gusta pintar la isla, pero alterada por mi propia imaginación y fantasía»

La pintora inglesa residente en Eivissa Sarah Nechamkin presenta en la galería Mira Mira de Sant Rafel su visión de Eivissa

Sarah Nechamkin en la inauguración de la exposición.

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A pesar de llevar residiendo en la isla desde 1962, Sarah Nechamkin no se prodiga mucho a la hora de presentar sus creaciones en público. «Soy bastante lenta trabajando porque le doy muchas vueltas a los cuadros antes de dejarlos por definitivos. Puedo trabajar rápido cuando es necesario, aunque no me gusta», ha explicado a Ultima Hora Ibiza y Formentera esta pintora inglesa de origen ruso, que inauguró el miércoles una exposición en la galería Mira Mira de Sant Rafael, la localidad donde vive casada con un ibicenco.

En esta ocasión, Nechamkin presenta 18 cuadros realizados con témpera al huevo, una técnica que le enseñó un profesor de arte. «Es la que usaban en Italia en el Renacimiento; pero es complicado hacérsela uno mismo. Afortunadamente una casa de Londres la fabrica ahora en tubos, lo que me ayuda mucho». «Prefiero la témpera al óleo porque tiene todas las ventajas de aquél y no pierde el color, queda fijado; lo puedes lavar y hacer transparencias, algo que me gusta mucho», apuntó.

Aparte de algún cuadro con motivos árabes, sacados de algún viaje por Marruecos y el Oriente Medio, el tema dominante de las obras que presenta hasta pasadas las Navidades es Eivissa. «Me gusta pintar la isla, pero alterada por mi propia imaginación y fantasía; inspirada en ella, pero tal como la veo yo. Aunque también hay algún paisaje que se identifica fácilmente, como uno que presento dedicado a Sant Rafel, donde vivo».

Precisamente, el hecho de vivir en esta localidad ha sido el motivo por el que ha accedido a exponer de nuevo. «Este año estuve enferma y he trabajado poco; ya me siento mejor y he pintado algo más, pero tuve que cancelar una exposición que tenía prevista para octubre», explicó. «Lo de Mira Mira es porque María, la señora que lo lleva, me lo pidió amablemente y no pude negarme. Es un sitio pequeño, pero está bien montado y alumbrado para colgar los cuadros como se merecen».

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