Julio Herranz posee una sólida trayectoria como poeta que en la actualidad combina con su labor como redactor de este periódico. Asumida la máxima de Camus, el escritor presentará el próximo miércoles a las 20,30 horas en la Sala de Cultura de «Sa Nostra» su último pliego poético, «Entre Endimión y Sísifo», en el que da rienda suelta a su querencia por la mitología clásica, ya presente en su obra anterior, pero protagonista casi absoluta en este libro publicado por la editorial Can Sifre. Herranz describe este nuevo trabajo como «una historia de amor en clave de fábula moral simbolista con dos personajes de la mitología griega». Para encontrar el origen de la gestación de este «Entre Endimión y Sísifo» habría que remontarse hasta el año 1993, aunque la versión definitiva del mismo no terminó de concretarse hasta hace apenas dos años. «El libro es corto -explica el poeta- pero me he permitido depurarlo, eliminando de él todo aquello que fuera supérfluo».
En cuanto al contenido profundo de esta tarea poética, Herranz reconoce la existencia de «una cierta moraleja, o incluso de una intención moral: la defensa de un modo de amar que no tiene muy buena prensa como es el amor intergeneracional», asegura con un brillo en los ojos que le delata como alguien que ha logrado finalmente salirse con la suya al cerrar y publicar una obra de este calado. El libro en sí, explica, tiene dos partes diferenciadas: un cuerpo central en el que Endimión y Sísifo se hacen los amos de la narración lírica y un preludio «premonitorio de lo que luego se desarrolla en la parte final».
Para el autor, el preludio está compuesto por una serie de poemas que funcionan de un modo independiente entre sí, algo que no sucede con la parte central, estructurada «con una intención narrativa». Respecto a su preferencia por la mitología clásica, Herranz no tiene dudas: «Soy ateo por la gracia de los dioses, pero tengo un instinto de trascendencia y me siento más cómodo en la tradición mitológica que en la cristiana, porque la primera es más humana, comprende mejor los problemas de la humanidad que el dios judeo cristiano que juzga y castiga».