El 85% de los pecios o yacimientos submarinos que comienzan a ser estudiados por los arqueólogos en España, considerada una de las principales potencias mundiales por la riqueza de estos fondos, ya han sufrido un expolio, según un estudio elaborado por la empresa Nerea.
Este expolio, con penas de entre dos y seis años de cárcel en función de las circunstancias y de la gravedad, es practicado por buceadores «no sensibilizados con la necesidad de proteger este patrimonio», submarinistas deportivos, nativos del lugar y «cazatesoros que tienen una dedicación profesional», dijo en rueda de prensa Javier Noriega, uno de los autores del estudio.
Estos cazatesoros «se disfrazan de arqueólogos, aunque su labor es muy distinta, y consiste en el hurto y destrucción del pecio», para lo que cuentan con avanzados medios técnicos, añadió.
En el litoral español, las zonas más ricas se encuentran en el Golfo de Cádiz, con pecios que transportaban oro y plata para el comercio con las Indias, y en todo el Levante y la Costa Brava, en este caso embarcaciones de las épocas fenicia, griega y romana. «Un galeón puede contener 2.000 ó 2.500 millones de euros en oro», señaló Noriega, que apuntó que «excavar un pecio no es caro si se tienen los medios» y destacó la buena conservación de estos restos, puesto que «la arena los protege».
Además de los pecios encontrados en aguas españolas, el Estado tiene derechos adquiridos sobre los barcos con bandera de España hundidos en lugares como República Dominicana, Panamá, Ecuador o Florida. «España debe litigar por sus pecios», según Noriega, que recordó el caso del barco «Juno», cargado con 700.000 pesos de plata que están valorados en unos setecientos millones de euros, y del que el Tribunal Supremo de EE UU reconoció al Estado español como único propietario.
El estudio elaborado por la empresa Nerea será publicado en la página web de la Asociación de Profesionales de Arqueología Subacuática de España.