Dos centenares de páginas con una letra pequeña y apretada conforman «El diablo en los detalles», la primera novela de Cristina Amanda Tur. En ella, la periodista ibicenca, desde hace algún tiempo retirada del ejercicio de la profesión, cuenta una historia sobre el asesinato del dueño de una discoteca ibicenca. El inicio de la investigación se va complicando por momentos y lleva al equipo de la Policía Judicial hasta Málaga. «Y todo por una casualidad -un detalle- en un cruce de delitos», como apunta con misterio la nota de la contraportada de la obra, editada por la propia «CAT», siglas con las que firmaba sus crónicas de sucesos en la prensa local.
El paso de Cristina Amanda Tur a la ficción parecía cantado. «De siempre, lo que más me gustaba era escribir sobre la policía. De hecho, ya tengo dos novelas más a punto de terminar, las he ido escribiendo al mismo tiempo que esta. Los protagonistas de las tres son tres policías, los mismo que quiero utilizar en las otras historias», explicó. Aunque hay diferencias notables entre la crónica y la creación. «Me gusta muchísimo escribir libros como los dos que he publicado sobre crímenes y sucesos impactantes; disfruto mucho haciendo ese tipo de trabajo, pero inventarlo es otra cosa distinta, pero también apasionante».
Con esta primera entrega, su intención «es crear una especie de saga», al estilo de personajes de referencia en la novela negra, como el inspector Maigret, Hércules Poirot, Miss Marple... «Todas estarán ambientadas en Eivissa, con descripciones de lugares de la isla. Después de estar tantos años haciendo periodismo de sucesos, conozco muy bien, policial y judicialmente, cómo funciona este mundo. Así que estoy al tanto de los procedimientos de trabajo que se siguen, lo que me permite ser más fiable para escribir sobre este mundo historias que resulten verosímiles».
Aunque ya no ejerza de periodista, Amanda Tur está muy al tanto de lo que sucede en el turbio mundo de los sucesos de las Pitiüses. «Me sigo relacionando con la misma gente; con policías, funcionarios judiciales, abogados... Además, también estoy preparando otras cosas que siguen siendo sucesos reales. Es que cuando escribes a diario para un periódico hay temas en los que no profundizas por la premura de tiempo. Pero si te pones luego a analizar, como hice en esos dos libros, dan para mucho más. Es fantástico poder trabajar así, con calma y a tu aire».