Un equipo de especialistas lleva varios días instalando en la Muralla de Eivissa 102 «testigos» de yeso para controlar las fisuras y grietas localizadas. «Esta es una primera fase -más barata- para ver cuáles se mueven y cuáles no. Si hay alguna que presente movimiento se hará luego un seguimiento más exhaustivo de cada una», explicó ayer a este periódico Miguel Àngel Poyal, de la empresa Traverme, a quien ha sido adjudicada esta actuación prevista en el Plan Director de la Muralla. «Tenemos todavía unos diez días de trabajo. Luego, cada tres meses haremos unas revisión, tomaremos fotografías de todos los testigos, las presentaremos a los responsables y se actuará luego en consecuencia», añadió.
Fernando Cobos, uno de los redactores del Plan Director de la Muralla (junto a Alicia Cámara), precisó que «grietas vivas son las que se mueven y muertas las que no. La única forma que los edificios de piedra tienen de defenderse de los esfuerzos de tracción es abrir una grieta, como si fuera una pequeña junta de dilatación. Si tú no la has dejado abierta, la abren ellos, porque los edificios se mueven, aunque parezca mentira, y las murallas también». Cobos, quien expuso en marzo en Campeche (México), las características de la Muralla ibicenca explicó cuándo una grieta puede ser peligrosa y cuando no: «Si una grieta se abrió en el siglo XVI o XVII para acomodarse al terreno y ya se acomodó, no se mueve y no es peligroso. En caso de moverse, puede ser que lo haga por los cambios de temperatura, algo normal, o que se abra y no pare; entonces habría que tener cuidado». Para resumir, el arquitecto recordó un principio estructural básico, «que dice que aquello que no se mueve se rompe».
Este minucioso y paciente «chequeo» a la Muralla está financiado por el Consorci Eivissa Patrimoni y tiene un coste de 12.000 euros. Se realizará en el lienzo de muralla entre el baluarte de Santa Tecla y el baluarte de Sant Bernat; en el flaco y cara izquierda del baluarte de Sant Bernat, así como en su cara derecha; flanco izquierdo y derecho del baluarte de Sant Pere; lienzo entre el baluarte de Sant Pere y el de Sant Joan, así como en la cara izquierda del baluarte de Sant Joan.