La demarcación de Eivissa y Formentera del Col·legi d'Arquitectes de Balears ha reunido en un libro las 39 obras que participaron en la tercera edición de los Premis d'Arquitectura, que abarcaba el periodo 1997-2000. El fallo fue dado a conocer el pasado viernes por un jurado formado por Víctor Beltrán Roca, Alfred Paya Benedito y Carlos Meri Cucart, que declaro desierto el premio a la mejor obra. Aparte de un resumen gráfico, tanto a nivel fotográfico como planimetría de los trabajos a concurso, el volumen (que puede ser adquirido en Can Llaneres -Dalt Vila- sede de la entidad) recoge los artículos «La utopía racionalista», del escritor y poeta Vicente Valero; «Intervenir a Eivissa», del arquitecto catalán José Ramón Esteve Cambra, y «Eivissa i Formentera: paisatges i textures», del pintor y escritor Josep Marí.
El arquitecto Marc Tur, uno de los coordinadores de esta tercera edición del premio, destacó ayer a este periódico «el importante número de obras presentado, casi el doble que en otras ediciones. Entre ella, las de arquitectos que ya llevan varios años trabajando en estas islas». Tur apuntó también que «cada año van apareciendo más arquitectos jóvenes que poco a poco se van incorporando desde las facultades, aportando una óptica nueva y menos ligados a según qué complejos».
En cuanto al hecho de que el premio principal de esta convocatoria, el de la mejor obra, hubiera sido declarado desierto por el jurado, el joven arquitecto pareció haberlo ya asumido. «Las dos obras premiadas en las ediciones pasadas estaban bien, y el jurado valoró que en esta edición no veían una obra tan completa que mereciera el premio. Al principio la cosa nos sorprendió un poco, pero luego, comentándolo con los compañeros, nos pareció un fallo correcto. Y tampoco fueron tan racanos; dieron tres menciones (en la última fueron sólo dos) y se inventaron la figura de las obras finalistas, tres obras que -a su criterio- están por encima del nivel general. Con lo cual son seis los proyectos que destacaron del conjunto», precisó Tur.
Las tres menciones fueron para la Casa Abel, de Víctor Rahola; una vivienda unifamiliar en Na Xamena, de J.R. Esteve Cambra (que obtuvo también el premio del público), y una escuela en Sant Antonio, de Lluís Gascón. En cuanto a las finalistas, resultaron elegidas, la Sala Enric Majoral (Formentera), de Josep Mª Roca Marxinyac; una vivienda unifamiliar en Punta Prima, del Tomàs Alonso y William Wright, y el Centre de Serveis Socials de Cas Serres, de Oscar Canalís. Por lo que hace a los apartados del certamen, se clasificaban en las modalidades: espacios abiertos públicos, edificios públicos, edificios colectivos en contexto comercial, rehabilitación, diseño en la arquitectura y diseño para la arquitectura.