El cineasta formenterés Alfredo Montero termina estos días el rodaje de su primer largometraje, «Niños desaparecidos», que incluye tres historias que denuncian la pornografía infantil y el abuso sexual a menores, según informaba ayer la agencia de noticias Colpisa. Adolfo Fernández, Marcos Ortiz, Vicente Romero y Pepe Martín, entre otros, son los protagonistas de un proyecto que ha contado con un presupuesto de 260.000 euros.
La película está ambientada en Formentera, Eivissa y Madrid. Comienza en 1984 en un orfanato de una pequeña isla en el que un chaval de nueve años, Marcos, es violado por uno de los curas. Años después, este mismo personaje se ha convertido en pedófilo por los abusos que sufrió y sólo puede mantener relaciones con menores a los que hace vídeos y fotos para distribuirlos por la red.
Otra de las historia pone la cámara en Ana, una argentina casada con un fiscal que vive con su hermana pequeña y una hija de 7 años, fruto de una relación anterior. Aunque es maltratada por su marido, Ana continúa su relación con el fiscal, que, además, abusa de su cuñada con el consentimiento de su esposa. La última historia de «Niños desaparecidos» la protagoniza Carlos, un carpintero casado y con dos hijos, uno de ellos adoptado. Un día, su hija de 13 años desaparece.
Según explicó Montero a este periódico en noviembre de 2003, cuando inició el rodaje, «la idea parece que se trata de tres cortometrajes empalmados, pero no es así porque con tres cortos no podría desarrollar la complejidad de algunos personajes». Para hacer una lectura más fácil de la película y diferenciar las historias, el cineasta combinará en el montaje el color con el blanco y negro.