EFE|VENECIA
El director portugués Manoel de Oliveira recibió ayer el León de Oro a la carrera por parte del LXI Festival de Venecia, que reconoce así la trayectoria del más veterano realizador en activo. Nacido en 1908, De Oliveira ha desarrollado una carrera muy amplia y singular, que empezó en 1931 con el cortometraje «Douro, fainia fluvial» y en la que ha realizado otras quince obras en ese formato y veintiséis largos.
Sin preocuparse del dictado de la taquilla, De Oliveira se ha caracterizado siempre por un tipo de obra que presta mucha atención a la puesta en escena, con un cuidado especial por todos los detalles. Con la edad ha incrementado incluso su ritmo de trabajo y en los últimos años ha firmado películas como «Inquietud» (1998), «La carta» (1999), «Porto da minha infancia» (2001), «O principio de incertidumbre» (2002) y «Un filme falado» (2003), en la que defiende la palabra y la comunicación entre las personas por encima de la banalidad de los efectos especiales y el éxito fácil de Hollywood.
La concesión del premio en Venecia es la excusa adecuada para que el Festival también haya decidido programar la película más reciente del realizador portugués, «O quinto império», una reconstrucción de la leyenda del Rey Don Sebastián.. En esta ocasión la Mostra ha doblado el número de Leones de Oro a la carrera, puesto que mañana sus responsables se lo entregarán al realizador estadounidense Stanley Donen, autor de éxitos del cine musical como «Cantando bajo la lluvia» (1952) y «Siete novias para siete hermanos» (1954).