«El glosat es una improvisación en verso de corta extensión, siempre en el ámbito de una contestación o réplica a partir de un tema dado; un recitado con entonación pero sin instrumentos». Así definió ayer Jaume Escandell Guasch a Ultima Hora Ibiza y Formentera en qué consiste esa vieja tradición lírica y popular, que desde el lunes se está «estudiando» en el primer «Curs de formació de glosadors» que acoge la Extensión Universitaria pitiusa. Patrocinado por la Conselleria de Cultura y coordinado por Joan-Albert Ribas, normalizador lingüístico de la institución, ayer, hoy y mañana estará dedicado a clases prácticas, previas a la V Trobada de Glosats d'Eivissa i Formentera, que se celebrará el sábado 4 en Sant Francesc (19,00 horas, sala municipal de cultura) y el domingo 5 en Eivissa (19,00 horas, auditorio de Cas Serres).
Xico Bufí, uno de los profesores de las clases prácticas y todo un experto en este arte espontáneo y dificultoso, explicó ayer en qué consistirán tales prácticas: «Vamos a explicar a los alumnos la métrica de los versos, la forma de colocarlos para que se logre una rima lo más perfecta posible». Tradicionalmente la glosa pitiusa «es normalmente una cuarteta, con cuatro versos; aunque hoy (lo mismo pasa en Mallorca y Menorca) hay quien, para hacer un mayor alarde de su arte y su sabiduría, llegan hasta los ocho versos. Pero vamos, yo creo que la buena es de cuatro, porque lo que importa es decir mucho con pocas palabras», afirmó el experto.
En cuanto a los temas a glosar, «son los del ambiente de cada cual; su entorno más próximo, los asuntos cotidianos de cada día». Temas abiertos en general, aunque con alguna cláusula: «Aquí tenemos por norma que con los políticos y los curas no nos metemos nunca, porque no lleva a nada bueno. El glosador tiene que ser liberal, pero no ofender a nadie. Hay que saber usar la picaresca, la palabra de doble sentido, el ingenio, la chispa; sacar el máximo partido de su talento natural, digamos, pero sin ofender a nadie. Hay está la gracia y el arte del buen glosador», apuntó Bufí.
En la clase teórica del lunes, el formenterés Jaume Escandell se centró más en la canción redoblada y de otros tipos que en el glosat. «Practicar el glosat tiene su dificultad; hay que tener un bagaje de haber escuchado muchas glosas, probado y leído mucho; es un proceso lento», precisó este músico e investigador de la música popular pitiusa, añadiendo que «si alguno de los alumnos del curso se siente preparado, puede participar en la Trobada». Alumnos «con un abanico de edades que va desde gente mayor a niños prácticamente; un panorama muy interesante», apuntó Escandell.
Por lo tanto, parece asegurada la continuidad del curso en años sucesivos, ya que (según Ribas) «dependerá de la respuesta que tenga, y por lo que se ve está siendo bastante buena», comentó con satisfacción. «Es la única forma de que no se pierda esta tradición, porque los glosadores que quedan ya se van haciendo mayores y hasta ahora no hay nuevas generaciones de relevo», añadió.