El Café Llorenç de Sant Josep acogió ayer un homenaje a Raoul Hausmann y a Llorenç Carbonell, propietario de este pequeño local tras la iglesia de Sant Josep en el que el escritor, fotógrafo y artista dadá alemán pasaba largas horas a principio de los años 30.
El acto, organizado por la Conselleria de Patrimoni, consistió en una breve lectura poética por parte de Antonio Colinas, Josep Marí y Vicente Valero, y el descubrimiento de una placa en recuerdo de la singular amistad entre el ibicenco y el extravagante alemán, con esta inscripción: «En aquest cafè, entre 1933 i 1936, Raoul Hausmann i Llorenç Carbonell varen celebrar temps d'inspiració artística y veritable amistad».