Las fiestas de Santa Maria en Formentera contaron con un auténtico crack, con un lujo musical como inicio de los conciertos que se prolongarán durante varios días, Cris Joanico.
El que fuera líder de la banda menorquina 'Ja t'ho diré' y de 'Menaix a trois', regresaba a Formentera después de un par de años sin actuar en ella y a fuer de ser sinceros, respondió a la expectación que levantaba su retorno a la isla. Durante más de dos horas, Cris Joanico y su nueva banda 'Els mags de Binigall', todos ellos de Ciutadella, ofrecieron un completo repaso a su nuevo trabajo discográfico, 'Memòries', basada en canciones tradicionales de la Mediterrànea según explicó desde el escenario, especialmente de las relacionadas con Menorca pero en algunos casos de raíces mallorquinas o con clara resonancia y presencia pitiusa. Fue una actuación mágica y redonda donde la conocida «A la ciutat de Nàpols» que UC ha perpetuado en la memoria de las islas, le dieron una dimensión rockera que dejó boquiabierto a más de algún escéptico. «Na Dolores», muy mallorquina pero a ritmo reggae hizo bailar a los que no se mueven de las sillas y así un largo sinfín de canciones del último trabajo de Joanico intercaladas con las clásicas de 'Ja t ho diré' que el público coreaba mientras el líder de 'Els Mags de Binigall' demostraba unas tablas y un poder de comunicación que pocas veces se puede ver en ámbitos tan pequeños como Formentera.
Y como era de esperar Joanico hizo un guiño cómplice a Aires Formenterencs cuando a mitad de una de las canciones más famosas de su repertorio 'Una dona llarga i prima', tras anunciar que tenía permiso de sus autores, reconvirtió el estribillo en la tonada de 'Sa cubana' que abre el último CD de los músicos formenterenses. Si la actuación había comenzado con 'La sirvia', canción de época de hambres como dijo Joanico, que con ironía explicó que una de las canciones más antiguas de su repertorio constituía una auténtica primicia, lo que hizo reir al público hasta que aclaró que la primicia era en Sant Francesc ya que sí la había cantado tanto en la Savina como en Sant Ferran pero nunca en la capital .
De su banda destacar el oficio de todos sus músicos con especial mención a Peter King, la panera que mientras demostraba su contundencia con la guitarra solista, lead guitar que dicen los anglosajones, tuvo tiempo para pasear su voluminosa hombría por todo el escenario a ritmo frenético y hasta se mezcló con el público sin dejar de tocar.
Tras un concierto, ciertamente memorable, se esperaba con interés el pregón de las fiestas ya que en los últimos tiempos había generado polémica política pero esta vez los redactores pincharon, demasiado light para un tiempo convulso en Formentera, demasiadas referencias ajenas y pocas de la cotidianeidad. G.Romaní