C. DOMÈNEC / J. HERRANZ
La galería Àmbit de Barcelona contó este fin de semana con una doble manifestación del artista italiano Franco Monti, afincado en Eivissa desde los años 70. La inauguración de una exposición con esculturas del milanés se unió a la presentación del libro «Estelas de color. La escultura de Franco Monti», escrito por el historiador de arte José Francisco Yvars. La muestra permanecerá en la galería barcelonesa hasta noviembre.
Las esculturas expuestas presentan un gusto por los detalles ancestrales, con formas de aspectos monolíticos y una preferencia por el hormigón como soporte, junto a la grava y el polvillo de piedra. En cuanto al libro de José Francisco Yvars sobre la obra del creador lombardo repasa la creación de Franco Monti y recuerda su faceta de importante coleccionista de arte africano.
El volumen relaciona la influencia de su etapa aventurera en Àfrica con la producción de sus esculturas, e incide en el interés del artista por la etnología, la escultura arcaica y los motivos étnicos. En uno de los capítulos del libro, Yvars profundiza en la producción ibicenca de Franco Monti, con su taller situado en una pinada en donde las esculturas seleccionadas y terminadas se combinan con la naturaleza de la Isla de una forma equilibrada. La última parte del libro cuenta con una exhaustiva entrevista al italiano, en la que descubre su interpretación y conocimiento del arte africano, su personalidad como escultor y su llegada en los años setenta a Eivissa, procedente de Milán. Monti confiesa en la conversación que estuvo más de veinte años sin esculpir hasta que regresó a su actividad como escultor, en los años ochenta.
La inauguración de Barcelona, presentada por Yvars, consiguió llenar de visitantes la galería Àmbit. Tras un breve parlamento del historiador, la gran cantidad de amigos, expertos en arte y admiradores allí congregados, disfrutaron del privilegio de observar reunidas, por primera vez en Cataluña, las esculturas de Franco Monti..
Una celebrada tarjeta de presentación de un artista serio y riguroso, cuyo proyecto principal de futuro «es trabajar», como apunta en la conversación que sostiene con Yvars en el mencionado libro; añadiendo: «Los primeros tiempos ni siquiera decía lo que hacía, quería madurar las cosas, estar seguro de mí mismo. Nunca me han gustado las improvisaciones, me siento un profesional. No aprecio el diletantismo. Ahora quiero seguir con la investigación de las formas y el color y estudiar a fondo otras obras de tamaño medio y pequeño».