JULIO HERRANZ
El obispo de Eivissa, Vicent Juan Segura, presentó ayer a los medios de la isla el recién restaurado retablo de la capilla de Sant Ciriac de la Catedral de Eivissa, realizado por la restauradora María José Escandell según un proyecto costeado por Bancaja, el Cabildo catedralicio y algunos feligreses. Previamente a la presentación, el obispo procedió a su bendición, en compañía del delegado del patrimonio eclesiástico de la diócesis, Francesc Torres Peters, quien explicó las características de este retablo, realizado en 1740 por Joan y Andreu Coll (padre e hijo) por encargo de la Cofradía de los Sastres, «la asociación gremial que tenía concedida en uso esta capilla, bajo la que se enterraban sus miembros».
Torres Peters recordó que, inicialmente, «estaba dedicado a la Virgen de la Asunción, patrona de la cofradía; pero tras la disolución de los gremios en el siglo XIX se cambió la advocación por la de Sant Ciriac, pues en la Catedral no había ninguna imagen del patrono de la diócesis». Que lo fue porque era el santo del día en el que entraron en Dalt Vila las tropas catalanas «que reconquistaron Eivissa, pues se considera que la intercesión del santo tuvo algo que ver con el retorno del cristianismo a la isla». Sin embargo, la talla del retablo no es la original, quemada en 1936 en la Guerra Civil, sino otra hecha en 1940.
El delegado del patrimonio eclesiástico señaló que es un retablo «muy interesante» por dos razones: «Porque está hecho en Eivissa, lo que indica que no tiene gran calidad artística, pero sí las piezas que contiene: dos tablas del siglo XVII, de Sant Pere y Sant Joan; un retablo anterior de mucha calidad artística, que no sabemos quien pintó; y arriba, una tabla del siglo XVII de Sant Josep y un lienzo del siglo XVIII de la Sagrada Familia con Sant Joan».
Por su parte, María José Escandell valoró su intervención en el retablo de Sant Ciriac como «muy lenta y laboriosa, porque estaba completamente repintado, tanto la pintura como los dorados»; por lo que le ha llevado «tres meses largos de trabajo», precisó la restauradora, que también lo fue del retablo de la capilla del Sagrado Corazón. «Éste ha sido mucho más difícil; el otro fue simplemente quitar la suciedad de años, pero aquí ha sido actuar encima de una intervención que había repintado todo el retablo, por lo que había que ir con mucho cuidado de no estropear la obra original».
Escandell destacó asimismo «el importante tratamiento de desinsectación realizado, pues tenía un importante ataque de carcoma. Lo hizo Goldservice, una empresa especializada en estas tareas».
Además, la restauradora del retablo de Sant Ciriac apuntó que en algunas zonas concretas «se han hecho reintegraciones volumétricas por parte de Antoni Pascual, ebanista especializado en restauración de la madera». El aludido, presente también en el acto, informó que su trabajo «no fue muy complicado. Había que hacer un par de molduras que faltaban. El principal problema estaba en el capitel, para introducir una antigua pintura, donde está Sant Ciriac; y tuvimos que hacer los capiteles de la parte interior del retablo», señaló.