AGENCIAS - LOS ANGELES
Javier Bardem hizo historia al convertirse en el primer actor español que gana un premio de la Academia de Hollywood. Fue el de mejor actor de reparto por su magistral interpretación del despiadado asesino Anton Chigurh en No es país para viejos. Bardem dedicó el Oscar a los hermanos Coen, directores de la cinta; a todos sus compañeros del reparto, a toda España y, especialmente, a su madre y a su familia por engrandecer la profesión cuando «ser actor era una expresión de libertad y valentía».
Pero la alegría no fue completa para el cine español pues el compositor Alberto Iglesias no pudo conseguir el Oscar a la mejor banda sonora.
Jennifer Hudson, Oscar a la mejor actriz secundaria en 2007 por Dreamgirls, entregó la estatuilla a un exultante Bardem quien dio gracias a los Coen, «por estar tan locos como para creer en mí y por hacerme el peor corte de pelo de la historia».
Tras la gala, el actor señaló que «en el caso de que sucediese el milagro», su intención con su discurso era, además de hacer llorar a su madre, «resaltar la importancia de la dinastía de los Bardem» cuando «ser actor era una expresión de libertad y valentía en el régimen de Franco» y ensalzar «la palabra cómico, una palabra que está siendo denostada y que entraña mucho orgullo».