El dibujante e ilustrador valenciano Paco Roca, galardonado ayer con el Premio Nacional del Cómic 2008 por su obra Arrugas (Atisberri), criticó «la falta de presencia de la vejez en el cine, en el arte, en la literatura y en sociedad actual, en general». Roca destacó que el cómic con el que ha sido premiado «reivindica la belleza que puede tener la ancianidad». «Las arrugas son el mapa de nuestra vida, nuestra marca de expresividad y carácter, mucho más interesante que la cara lisa de un joven», apuntó.
Asimismo, Arrugas, que también recibió el premio al mejor guión y a la mejor obra española de 2007 en el Salón del Cómic de Barcelona así como el Premio al mejor álbum en el Festival de Lucca (Italia) en septiembre, critica la concepción de las residencias de ancianos instauradas en la actualidad, que calificó de «guettos» y que consideró que «deberían dejar de ser lugares en el que los mayores se sienten desarraigados y esperan a morir».
El alzehimer y la demencia senil son otros de los aspectos que Roca trata en su novela gráfica y de los que afirma que «no conocía casi nada», pero que empezó a documentarse por tener cerca el caso del padre de un amigo suyo, «un hombre culto y con una gran memoria», que conocía desde hacía tiempo, que empezó a padecer esta enfermedad de la que él artista fue testigo.
En otro orden de cosas, Roca consideró que el cómic se encuentra «en un buen momento». Por un lado, indicó que «se lleva más que nunca a las pantallas de cine, aunque esto mismo también pueda señalar la falta de creatividad en el séptimo arte. Por otro, comienzan a surgir premios como éste, que empiezan a otorgarle al cómic la categoría de arte que se merece», sentenció, añadiendo que «los cómics ya no se encuentran relegados sólo a tiendas especializadas sino que cada vez más se pueden encontrar en grandes superficies comerciales». Y adelantó que próximamente publicará una nueva novela gráfica, Las calles de arena, que tiene cierto aire kafkiano.