JULIO HERRANZ
El centro cultural de Can Ventosa acogerá a las 20,30 horas de este domingo 17 la representación de La Ruïna, la última obra de Jordi Casanovas, uno de los autores más celebrados de la última escena catalana, responsable asimismo de la dirección de esta oportuna, más que oportunista, reflexión en clave de comedia agridulce sobre la crisis económica y sus consecuencia sociales. Estrenada en la Sala Villarroel de Barcelona el 10 de septiembre del año pasado, cuenta con un elenco de jóvenes y prometedores actores y actrices, algunos de ellos conocidos por su trabajos en series de televisión: Roser Blanch, Clara Cols, Borja Espinosa, Mireia Fernández, Pablo Lammers, Sergio Matamala y Alicia Puertas.
La Ruïna presenta un abanico de personajes que pueden resultar arquetípicos: Silvia, que confía en el éxito de su nuevo proyecto artístico; Toni, que depende de su poco apreciado trabajo para pagar su vida en pareja con Silvia; Laura, que bebe whisky para llevar la contraria a su marido; Abel, que ha invertido sus ahorros en una constructora. Así, si el sector inmobiliario se hunde, si el marido te abandona, si se te acaba el trabajo o el proyecto creativo se frustra se producirá la ruina de todo el grupo.
El contraste entre las preocupaciones, las reacciones y los sentimientos de los protagonista de La Ruïna construyen una singular historia que ha recibido algunas críticas bien positivas, como lo que apuntaba Marcos Ordóñez en El País: «Es una rareza: por su originalidad, por el olvido de su forma, por su talento para esquivar tópicos, por su romanticismo utópico, tan inesperado como su veta fantástica. Y está espléndidamente interpretada».
Jordi Casanovas ha explicado que cuando escribió La Ruïna la crisis económica no parecía que iba a tener las dimensiones que ha tomado. «Desde entonces han ido pasando muchas cosas inesperadas. Además, a los personajes de la obra no les afecta solamente la situación económica que les rodea, sino la suma de situaciones incontroladas que acaban viviendo y sus dramas correspondientes».
Preguntado por el impulso que le llevó a escribirla, el autor afirmó que «en parte, nace de una situación autobiográfica. Cuando aparecen los problemas económicos pasamos por situaciones que pueden trastocar toda tu vida. Por ejemplo, parecería secundario que afectase a una pareja si están enamorados y se quieren de verdad, pero les acaba afectando. Muchas parejas parecen un proyecto de empresa que puede fracasar económicamente y luego afectarles emocionalmente. Es triste, pero el dinero puede llevarse tu felicidad», concluyó.