El salón de plenos del Ayuntamiento de Santa Eulària acogió ayer la entrega de premios del XVI Concurso Puig de Missa de Poesía, que organiza la Concejalía de Cultura, cuya responsable, Ana Costa, asistió al acto, junto con los dos miembros del jurado, Bartomeu Ribes y Fani Tur Riera.
Los ganadores de la categoría A (adultos) han sido Josep Carandell, por Les llavors d'ara (primer premio en catalán); Glòria Gómez de la Tia i Vidal, por L'illa dels oratges (segundo premio en catalán); Agustín Alonso Biscayar, por Contra el olvido (primer premio en castellano), y César Bladé Barceló, por El empuje de la brisa (segundo en castellano).
En la categoría B1 (hasta los 12 años) han merecido premio Gabriel de Santis, por Dolor (primero en catalán); Joan Antoni Riera Escandell (segundo premio en catalán); Clàudia Planells Damasceno, por La rosa (primer premio en castellano) y Andrea Navadijos Miguel, por El manzano (segundo premio en castellano).
Y en la categoría B2 (de 13 a 17 años), han resultado ganadores Raquel Galofré Bofarull, por A Miquel Martí Pol, en homenatge (primer premio en catalán), y Oriol Rosell Argerich, por Sentiments (el foc) (segundo premio en catalán); quedando desierto los premios en castellano de esta categoría para adolescentes.
Bartomeu Ribes, que ya ha sido miembro del jurado en otras ocasiones, apuntó ayer a este periódico que es algo «que me satisface especialmente por los críos, porque a veces ves cosas que te dan algo así como un complejo vitamínico básico. En cuanto a la categoría de adultos, a veces han salido cosas que son muy interesantes», precisó el poeta ibicenco.
Por lo que hace a la 'cosecha' de esta edición, «desde el punto de vista de los adultos me ha gustado más que otros años; tanto en catalán como en castellano. Me ha parecido un poquito más vistosa; tal vez porque contra la crisis la gente busca refugio en la poesía», especuló. De la categoría infantil señaló que en sus poemas «siempre está el vínculo que tienen con la escuela, pues suelen escribir motivados por determinados maestros que les impulsan un poco a hacerlo; pero hay cosas que están francamente bien». En cambio, la categoría más floja ha sido la de los adolescentes, «pues están en una fase vital complicada», señaló Ribes.