GUILLERMO ROMANÍ
Orson Buch (París 1967) es hijo de alemanes y tiene esa nacionalidad; su nacimiento en la capital francesa no deja de ser una casualidad como lo fue que sus padres se trasladaran a Formentera cuando el contaba con dos años y viviera en la isla hasta cumplidos los 15 donde se crió como un formenterés más. Con 15 años regresó a París y desde entonces ha vivido y viajado por todo el mundo aunque su casa está en París y visita regularmente Formentera donde su madre tiene su vivienda.
Buch explicó ayer que su primera exposición la hizo «a los 20 años en Nueva York, justo cuando estaba decidido a estudiar Bellas Artes y nunca tuve tiempo porque siempre estaba pintando, preparando exposiciones, metido en muchas cosas y por eso acabé siendo un autodidacta». De todas maneras Orson recordaba que siempre estaba con su padre, Peter Buch, un reconocido artista que expuso en varias ocasiones en Formentera y que desde hace algo más de un lustro se instaló en un pueblo de Castellón donde ha creado un jardín con pinturas y esculturas espectacular.
El artista se define como «un pintor realista, y esta exposición es de una veintena de cuadros que he hecho aquí con una temática que no es habitual en mí -subrayó Buch-, paisajes clásicos hago muy pocos ya que me decanto por hacer composiciones, cuadros más dinámicos y modernos»; como uno de los presentes en la exposición en el que muestra no los caminos de Formentera sino los caminos «La idea era hacer una exposición sobre la isla y me pareció que hacer los caminos era un buen tema. Puede parecer un poco cutre, pero es muy de aquí, y en el fondo me gusta pintar cosas sencillas aunque pintar determinada cosa es glorificarla; como si coges dos limones, algo de cada día y con ellos haces un bodegón, has glorificado lo sencillo y eso he querido hacer con los caminos de Formentera, los caminos de toda la vida" señaló Buch de sus obras, que permanecerán colgadas en la Sala de l'Ajuntament Vell de Sant Francesc hasta el 3 de octubre.