La canciller alemana, Angela Merkel, inauguró ayer el Neues Museum, la última pieza que quedaba por recuperar de la Isla de los Museos de Berlín y a la que volvió, tras un largo peregrinaje, el busto de Nefertiti, la Mona Lisa de la antigüedad. Un día después de la presentación a los medios del Neues Museum, con su colección de sarcófagos, papiros, relieves y estatuas del Museo Egipcio berlinés y, por supuesto, la reina Nefertiti, la canciller recorrió las salas del edificio, rehabilitado por el arquitecto británico David Chipperfield.
Merkel y Nefertiti serán vecinas, puesto que el domicilio privado de la canciller y su esposo, Joachim Sauer, queda justo enfrente del Pérgamo -otro edificio de la Isla de los Museos. La jefa del Gobierno alemán vive ahí desde hace unos pocos años, mientras que la Reina del Nilo regresa al que fue su primer hogar en Berlín casi un siglo atrás.
El busto, de 3.500 años de antigüedad y reclamado por Egipto, se exhibió por primera vez en el Neues Museum tras ser excavado del Valle de Amarna por arqueólogos alemanes en 1912 y ser trasladado a Berlín. Con los bombardeos aliados sobre Berlín, entre 1943 y 1945, y la división posterior de la ciudad empezó un largo capítulo de mudanza tras mudanza.