Hasta final de mes estará abierta al público en el centro cultural Can Jeroni de Sant Josep, la exposición de pinturas de Sergio Sáez (Bilbao, 1954) que se inaugura mañana. Óleos y acrílicos sobre lienzos cuya inspiración brota «de su propio pensamiento poético y sus desenlaces, producto de su profundización en la música», apuntó ayer la coordinadora de las exposiciones del centro, Ruth Matutes.
Durante los últimos ocho años, Sáez ha tratado de crear un lenguaje plástico propio sobre la música y sus elementos, de forma que pudieran ser interpretados «desde la imaginaria partitura musical que resulta ser cada obra plasmada en el lienzo», precisó el artista, añadiendo que «si la música es espacio y movimiento, así entiendo yo que ha de ser una pintura sobre lienzo que se refiera naturalmente a la música».
Tal es, en su opinión, el resumen de su proceso teórico; pero a partir de aquí, Saéz afirma que vuelca todo el sentimiento literario e histórico de autores del romanticismo alemán, como Schiller, Goethe, Hölderlin y, últimamente, Rilke.
Beethoven y Händel
La razón por la que Sergio Sáez habla de literatura y poesía alemana es porque «las obras pintadas están inspiradas en la música de Beethoven y Händel; en concreto, el tercer movimiento de la Sexta Sinfonía y en la Música para fuegos artificiales acuáticos.
En cuanto al proceso técnico, Saéz señaló que «es un trabajo de velos y transparencias al óleo, y otros en acrílico; liberando todas las disciplinas y relacionándolas con la libertad absoluta de su mezcla y convivencia, de gestos técnicos muy controlados con gestos pictóricos muy libres y de fuerte intensidad, de alta emotividad».
Sergio Sáez trabajó durante 25 años en el mundo de la moda con reconocidos diseñadores, y por nueve años fue director de accesorios de mujer de la firma Zara. Su relación con la moda la cerró el verano de 2006 para concentrarse en su carrera artística. Entre 2004 y 2006 ha presentado exposiciones individuales en Estambul, Berlín, Londres, Barcelona, Santander, Cáceres y en Eivissa, en el hotel Pacha.