Hasta el próximo 10 de julio estará abierta al público en la sala de exposiciones del Ajuntament Vell de Formentera una exposición en la que Paola Canè y Angelo Piersimoni presentan sus últimas creaciones. Cané, las acuarelas originales de su último libro, Volver, dedicado a Formentera; y Piersimoni, sus trabajos sobre madera centrado en la reinvención de los materiales que cosecha en las playas de la isla durante el invierno. Italianos que desde hace años reparten su tiempo entre Formentera y Bologna, esta es la segunda vez en que ambos exponen de forma conjunta.
Diseñadora, interiorista y con una exquisita manera de tratar y retratar Formentera, Canè ya ha publicado un par de volúmenes de acuarelas o dibujos relacionados con la isla. Su obra es un viaje, un retrato imprescindible de sus núcleos urbanos, de su latir cotidiano y de los amplios espacios solitarios en la naturaleza, que aborda con una precisión casi fotográfica, y en la luz, el mar, la tierra o los animales.
Reciclaje creativo
Por su parte, Piersimoni muestra una faceta totalmente distinta a la de Pier Paola. Con la madera como base de sus obras y centrado en dos series: sus conocidos corazones tridimensionales de madera y, como novedad, cajones «donde cabe de todo», precisó el artista, añadiendo: «La mayoría del material procede la playa, de lo que encuentro en mis paseos de invierno y después transformo en arte. En algunos casos las obras son el reflejo de lo que veo cuando me siento en el Café del Lago junto a s'Estany des Peix».
Piersimoni ya había utilizado con anterioridad la figura del corazón, básicamente de madera, para transmitir ideas, mensajes o simplemente sugerir conceptos como la fidelidad a la isla; pero este año, «los cajones son algo nuevo; objetos contenedores en los que puedes poner lo que quieras»: podisonias, escaleras a la noche, barcos constreñidos en un marco pequeño, sueños encajonados, un atún, tablas, grifos, antiguos elementos del campo o dos esferas que se relacionan con el viaje en el mundo y con Formentera.